Me desperté aquella mañana, hacia mucho frío, me abrigue, agarré mi celular los auriculares y salí a caminar. Necesitaba escuchar música y que el viento corra por mi cara. Eso me daba paz. En cierto momento paré de caminar y me senté en un banco a pensar.
Comencé a pensar que hace un mes nuestros sentimientos se dieron a la luz, y de repente de un día a otro todo había cambiado. Y sentir tantas cosas por la persona que te rompió el corazón es tan doloroso y lindo a la vez. Me había acostumbrado a la rutina, pero eso ya acabó y terminó destrozandome.
Sus abrazos eran golpes de alegría, había un sinfín de cosas que me encantaban.
Atrapó a este pez sin memoria, sin ganas de amar. Sólo quedan recuerdos algunos malos, otros buenos los dejó cerrado en una caja con destino hacia el mar, para que se sumergan.

Comentarios

Entradas populares